Vitamina D: ¿Para qué sirve y cuáles son sus beneficios?
De entre todas las vitaminas esenciales para tu cuerpo, la Vitamina D sobresale por sus funciones y beneficios. A continuación, sabrás por qué decimos lo anterior, pues conocerás para qué sirve esta vitamina y de qué forma beneficia a tu organismo procurar tener la cantidad adecuada de ésta diariamente. Saca pluma y papel porque esto te interesa.
¿Para qué sirve la Vitamina D?
Cuando decimos que la Vitamina D es una de las importantes, es por sus diferentes funciones. Esta vitamina sirve para que tus huesos absorban correctamente el calcio, lo que ayuda a su desarrollo y crecimiento en edades tempranas, y a evitar problemas comunes por el paso del tiempo en personas adultas.
También es importante para la absorción del fósforo, cuya principal función es el desarrollo de huesos y dientes, pero también permite que tu cuerpo produzca proteínas para el crecimiento y la reparación de tejidos dañados.
En pocas palabras, una baja ingesta de Vitamina D provocará que el calcio y el fósforo sean desechados de tu organismo sin haber cumplido sus funciones, y eso puede traducirse a la larga en osteoporosis, raquitismo y una baja respuesta de tu sistema inmune.
Beneficios de la Vitamina D
Sumado a tener una buena absorción de calcio y fósforo, la Vitamina D puede traernos diferentes beneficios según lo indican diferentes estudios publicados en fuentes de alto prestigio como el Journal of the American Medical Association, American Journal of Clinical Nutrition o el National Center for Biotechnology Information.
La Vitamina D puede reducir el riesgo de padecer enfermedades graves, como la esclerosis múltiple, o también de contraer enfermedades comunes como la gripe. Además, se le asocia a la mejoría de síntomas en personas con depresión y ansiedad.
Varios estudios controlados con placebo han demostrado que la vitamina D puede regular el crecimiento y la función de las células inmunitarias, que son fundamentales para una respuesta inmunitaria e inflamatoria saludable. En un estudio, los participantes que recibieron 2000 UI de vitamina D vieron una mayor concentración de las células inmunes responsables de fortalecer el sistema de defensa natural de nuestro cuerpo.
Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, la ingesta de suplementos de Vitamina D también está asociada con la pérdida de peso y la reducción en el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca, ya que la suplementación de esta vitamina tiene un efecto supresor del apetito.
¿Cómo obtener la dosis adecuada de Vitamina D?
Debes tener presente que esta vitamina puede producirla tu organismo por sí solo, siempre y cuando procures exponerte recurrentemente al sol. Pero si bien lo anterior es necesario, sabemos muy bien lo fácil que es sobrepasar el tiempo máximo bajo la luz solar y los riesgos de hacerlo. Una exposición prolongada al sol puede causar envejecimiento y cáncer en la piel.
También, varios factores afectan la capacidad de las personas para obtener los niveles necesarios de vitamina D a través de la exposición al sol. Los factores regionales que impiden que las personas se expongan al sol incluyen los patrones de cobertura de nubes, la contaminación y el ángulo con el que el sol cae sobre a la tierra.
Alimentos como el salmón, las sardinas, las yemas de huevo y productos fortificados como leche, jugo de naranja o cereales, son ricos en Vitamina D. Sin embargo, pasa lo mismo que con la exposición al sol. Es muy difícil alcanzar la ingesta diaria recomendada sin exceder antes las cantidades adecuadas de esos alimentos y es muy fácil presentar deficiencia de ella si tus hábitos alimenticios no los incluyen.
Por todo lo anterior, una manera efectiva de conseguir la ingesta adecuada es mediante la suplementación.
Fuentes
La suplementación diaria con colecalciferol durante el embarazo altera los marcadores de inmunidad reguladora
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27655755/
Opinión científica sobre la fundamentación de las declaraciones de propiedades saludables relacionadas con la vitamina D y el funcionamiento normal del sistema inmunológico y la respuesta inflamatoria